En esta mediación participan tanto la víctima del delito como el infractor, buscando acuerdos que satisfagan a ambos respecto al hecho delictivo que les ha relacionado.
Se buscará el reconocimiento del mal causado por parte del/la acusado/a, mostrando su arrepentimiento mediante la petición de perdón. La víctima deberá sentirse reparada tanto psicológica como materialmente.
Para esta mediación es importante conocer que hay diferencias legislativas importantes entre la justicia dirigida a menores y la dirigida a adultos.
La Mediación Penal transforma conflictos y personas al permitirles la comprensión del otro y su actuación, mitigando el dolor y los miedos de ambas partes. El reconocimiento del daño y el perdón tienen poder restaurativo, por lo que a la Mediación Penal también se la conoce como Justicia Restaurativa.